lunes, 26 de noviembre de 2012

¡Y pensar que hace hoy 38 años!



Sí, hoy se han cumplido 38 años. Tal día como hoy pero de 1974, causaba baja, voluntariamente, en el Servicio de Información de la Guardia Civil,de la  Comandancia de Málaga, por pase, previa petición, a la Jefatura de Armamento de la misma Comandancia. Con todo el personal que en el SIGC, tenía a mis órdenes, más tres o cuatro agregados compañeros y amigos, lo estuvimos celebrando con una comida en la Venta de Bartolo, que se hallaba (no sé si continuará todavía allí como tal venta) al comienzo de la carretera de los Montes de Málaga y en cuyo lugar lo habíamos hecho ya en varias ocasiones con anterioridad. He sido y soy, una persona que suelo encariñarme, no solo con las personas, sino también con todo el ambiente, incluso con las cosas que me han estado rodeando durante algún tiempo, pero mi cese, y eso que ya digo lo fue voluntariamente, en el Servicio de Información, ha sido lo que mas sentí dejar de todos los destinos que tuve en la Guardia Civil. Aunque con algunas alternancias, desde junio de 1956, siendo Guardia, y para mas detalle cuando no llevaba siquiera tres meses de casado, era destinado por primera vez al citado destino. Lo estuve también con el empleo de Cabo, y por último con el de Sargento. Si la Guardia Civil ha sido, y lo sigue siendo, una de las grandes pasiones de mi vida, los muchos años que pasé por el Servicio,  como entre nosotros lo denominábamos, o por Información como generalmente se decía en el Cuerpo, fue lo mas gratificante de toda mi permanencia en el mismo y ni punto de comparación con mis dedicaciones laborales antes de ingresar, y por supuesto mucho menos con los dos años que estuve trabajando en la mina antes de irme a la mili, que contrariamente, fueron los dos años sin duda de los que, y  como se comienza en el quijote, de cuyo tiempo no quiero acordarme. En los tres empleos en que estuve prestando servicio en el destino en que hoy se cumple la efemérides de mi salida definitivamente, fueron en la inmensa mayoría del tiempo de un trabajo agobiante, pero sería por su variedad, en muchas ocasiones de bastante importancia, como lo fueron en la realización de muchos, variados e importantes servicios, y aunque tampoco como sucedía cuando lo hice con el empleo de Sargento, que yo era el responsable del personal, y la dirección de toda clase de actuaciones,  suponía en no pocas circunstancias esa preocupación por el resultado de las mismas, que en mas de una existía cierto riesgo para el personal que lo practicaba, la satisfacción que se sentía. cuando como tuve la gran suerte de serlo casi siempre con pleno éxito, compensaba todos los sacrificios y preocupaciones que exigían su realización.

Finalizado el acto de la comida, se me hizo entrega de una placa, de cuyo momento en que, en su nombre y el de todos los que habían sido mis subordinados y a partir de entonces lo pasaban a ser suyos, me era ofrecida, quedó constancia fotográfica, que espero que mi editor de toda esta tan magna obra como lo están siendo mis entradas en este incomparable blog, la coloque en su lugar correspondiente, para que la posteridad no se vea privada de tan importante prueba y que con ello se culmina tan brillante relato, del no menos importante acontecimiento.

Bromas aparte, tan profundo era el sentir que mi despedida, en aquel ya tan lejano día, que más de 18 años habían pasado desde mi primer destino al Servicio de Información, que ni siquiera tuve aliento para poder dar las gracias al Teniente y todos los que a mis órdenes estuvieron, por el acto que se me había ofrecido, ya que un nudo se me hizo en la garganta impidiendo que palabra alguna saliera de mi boca. Es hoy, pasados treinta y ocho años de aquel día, y no pocas lágrimas han dejado de asomarse a mis ojos por tal recordación. Y otra vez la monótona frase de los viejos: ¡Cómo pasan los años!

Hasta la próxima.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Y sin siquiera de la póliza de tres pesetas...





Si en mi pasada entrada trataba de mi examen para el ingreso en la Guardia Civil, hecho acaecido en aquel lejanísimo 14 de noviembre de 1949, el motivo que me trae a volver a esta de hoy, y aunque ninguna relación guarda ésta con la pasada, no he tenido por menos que sorprenderme al recordar  del cambio experimentado en este caso para la tramitación de cualquier gestión en peticiones ante los organismo oficiales, de cuanto supuso el "papeleo" hasta su total finalización para mi ingreso en el Cuerpo, con el trámite que he realizado no hace mas de diez minutos y que voy a detallar a continuación.

Desde hace algo más de siete años me era prestado el servicio de teleasistencia y financiado por el Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) y de lo que me supongo todos los que tengáis la osadía de entrar en este blog, sabéis de que se trata, ya que es una cuestión social extendida por toda España y que alcanza generalmente a los ancianos, viejos, o mayores como queráis llamarnos, que tengan más de sesenta y cinco años (que por cierto a mi me sobran un montón) que vivan solos y tengan algún padecimiento en cuanto a su salud, que quién a esa edad no lo va a tener.

Bueno, pues hace unos cuantos días que he recibido una carta del ISFAS, comunicándome que a partir del día 31 de diciembre próximo quedará extinguido definitivamente este servicio que se me venía prestando, al carecerse de los recursos para tal fin, según se recoge en el Anteproyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2013.Y aquí viene el quid del asunto. Resulta que aunque no como pez en el agua, me defiendo en esto de internet, busco el teléfono de los servicios sociales de la Junta de Andalucía en Málaga, y en posesión del mismo, y en no más de cinco minutos todo el trámite para darme de alta en los mismos servicios que atiende la Junta, ha quedado concluso, y ya en espera de que vengan a instalarme los aparatitos necesarios para el fin solicitado, y todo ello como cito en el asunto, sin necesidad de que para ello tenga que elevar la correspondiente instancia, que como solía suceder en aquellas lejanas fechas, había de ir reintegrada con su correspondiente póliza, que en estos casos era de un valor de tres pesetas.

Si cuando yo comencé con la tramitación para proveerme de todos los documentos que me fueron exigidos para el ingreso en la Guardia Civil, tales, como partida de nacimiento, certificado del Registro Central de Penados y Rebeldes, certificado de buena conducta de la Guardia Civil, documentación de haber prestado el servicio militar, hoja de castigos del tiempo servido en el ejército, la instancia dirigida al Excelentísimo Señor Teniente General, Director General de la Guardia Civil, también con su correspondiente póliza, y etc. etc. etc..., me hubieren indicado que sesenta y tres años después, el trámite que yo he realizado esta tarde podía hacerse tal lo he dejado señalado anteriormente y por los medios en que se ha tramitado, me hubiere quedado con una cara de tonto, como si me lo hubieran dicho en chino. Pero sí, así ha sido, y yo tengo la dicha de haber podido ser beneficiario de todo este progreso, en éste y muchísimos mas  casos, del cotidiano vivir de como se hacía en aquella mi lejana juventud, hasta este venturoso y feliz ocaso por el que me hallo atravesando y que Dios quiera lo siga siendo por mucho tiempo, y tal lo es.

Hasta la próxima entrada.
 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Sexagésimo tercer aniversario


14 de noviembre de 1949. Hace exactamente sesenta y tres años a esta misma hora, estaba examinándome en la Comandancia de Córdoba para mi ingreso en la Guardia Civil. Solo cabían dos resultados, "apto" o " no apto". Yo, como la mayoría, obtuvimos el primero de ellos. Claro que entonces pocas exigencias podían hacerse en cuanto a la formación cultural de los posibles aspirantes, ya que veníamos de una reciente pasada Guerra Civil, en que nos cogió en edad escolar a su mayoría, y la formación en casi su totalidad era bastante escasa, y buen número de aquella juventud era casi analfabeta.

En esta nueva entrada, vuelvo por cuanto a la edad, de creo me refería en la anterior, que entonces tenía veinticuatro año. A todo esto, habrá que añadirle los dos años de trabajo en la mina, de que como se dice en el quijote, de cuya experiencia no quiero acordarme.  Experimentado ya en muchas cuestiones de la vida, principalmente por cuanto a la forma en que ganarme la vida se trataba, dado a que la inestabilidad en los trabajos era muy frecuente, aunque de ello y sin que de lo mismo podáis pensar se trate de una bravata, yo casi nunca estuve falto de ocupación, pero eso sí, el cambio en las actividades dentro del trabajo en el campo, según las épocas, era frecuentísimo y lo mas grave de ello, es que los sueldos más que meguandos, eran demasiado reducidos. Ya con la edad de aquellos veinticuatro años bien cumplidos, llegaba a considerarme un hombre demasiado maduro para no tener una ocupación en la que me llevara a vivir con el sosiego de quien cuenta con un trabajo, que salvo algunas circunstancias de las que uno mismo pudiera ser el culpable, tuvieras tu continuidad asegurada hasta el final de tu edad laboral. La satisfacción que aquella tarde en el regreso a mi pueblo me llevaba por el "apto" conseguido, ni siquiera a soñar que me hubiera echado, hubiere podido esperar supusiera lo que finalmente supuso para el resto de mi vida, hasta hoy en que han transcurrido esos sesenta y tres años mencionados, y que comenzando por el propio ejercicio como profesional en el Cuerpo, ha sido una de las queridas y amadas dedicaciones de mi existencia y por añadidura, toda la consecuencia que el ingreso en la Guardia Civil tuvo, y que me llevó, y llevándome sigue, a considerarme como un hombre del que siempre, siempre, siempre, me vi y viéndome sigo, premiado, sin duda alguna, con mucho mas de lo merecido, con todas esas circunstancias que te hacen la vida de total y absoluta felicidad. El día de hoy me lleva al recuerdo de aquel triste, meteorológicamente hablando se entiende, ya que era un día bastante nublado y creo que con alguna llovizna, pero haciendo cuenta del bagaje personal que entonces me acompañaba, pienso;  ¿Cómo es posible que Dios haya sido tan explendido en sus concesiones para conmigo?, sí, y de lo que nunca terminaré de darle gracias y  que tan orgulloso estoy de todo ello.  Si en mi acontecer a todo lo largo de la vida, hubiera de señalar algunos días con letras de oro, sin duda alguna, ése del 14 de noviembre de 1949, hubiere sido uno de ellos. Humilde podrá considerarse lo acaecido aquel ya lejanísimo día, pero su resultado nunca pude sospechar alcanzará lo que al final fue y está siendo, y perdón por estas redundancias. Hasta la próxima entrada.

viernes, 9 de noviembre de 2012

La diferencia entre dos generaciones


Ya hace nueve días de mi última entrada en el blog. Esta vez no puedo achacar mi tardanza a la sequía, ya que no ha dejado de llover en todo este tiempo, y a lo que en otra entrada me decía que lo primero que habría sido era un caracol, pues ahora y en vista de lo que sucede se me apetece convertirme en rana, pero eso sí, sin pasar por renacuajo, ya que como siga este régimen de lluvias que llevamos desde que llegó el otoño, algo habrá que ir pensando. Pero como siempre, desbarro de lo esencial que me lleva a entrar nuevamente en el blog y suelo irme por los cerros de Úbeda, así que vamos a lo que en el título se señala. 

Ahora vuelvo a la anterior entrada,en que el motivo fue el cumpleaños de mi nieto Alberto y en que el día primero de este mes cumplía la bonita cifra de VEINTICUATRO AÑOS. Algún día después de referirme a ello, y como el título general de mi blog se titula "Recuerdos",  haciendo uso  de esa titulación me dio en volver mi vista atrás hasta aquella ya lejana en que yo cumplía esa edad de mi nieto Alberto. Me puse a comparar el devenir de su vida desde su nacimiento hasta su vigésimo cuarto cumpleaños, con lo que la mía había sido en el mismo periodo de tiempo y hay que ver, lo que ha sido de la la suya a la mía. Para él, salvo el esfuerzo que requiere el estudio de una carrera y lo propio hasta llegar al inicio de la misma, todo ha sido, gracias a Dios, como solemos decir, de color de rosa. Su currículum vitae (como creo se escribe) ha sido eso, estudios, estudios y estudios, el resto, bienaventuranzas.

Pero ¿y como fué mi paso por la vida desde mi infancia hasta esos veinticuatro años? Así, y para no extenderme mucho, comenzaré diciendo que, dejando atrás la propia primera infancia, desde los seis años en que era la edad para la escolarización, hasta los diez, asistiendo a la escuela. Unos días después de cumplir los diez años, me coloqué de porquero ganando una peseta diaria, circunstancia que a ello me llevó una cuestión que sería largo de contar, pero que resultaba casi inevitable, y en cuyo trabajo estuve durante seis meses. Unos meses después llegó la Guerra Civil en España y de la que sus circunstancias me alcanzaron, para mal, bastante más de lo deseado. También y durante la misma, precisamente en el mes de septiembre de 1938, cuando solo contaba con 13 años de edad, me coloqué de pastor en cuyo cometido permanecí hasta el final de la contienda. Seguidamente y en  diferentes trabajos en el campo, que las propias circunstancia me empujaban a ello, y en estas actividades me alcanzó precisamente el día de mi décimo noveno cumpleaños, y a continuación, después de no más de una semana, me dediqué, quizá, al trabajo, que menos me hubiera gustado hacer, como lo fue el de minero y en el que permanecí hasta que me marché al ejército. De haberlo deseado, podía haber permanecido en dicho trabajo, ya que podía suplirse el servicio militar por la continuación del trabajo en la mina, y que a todos los efectos se consideraba como servicio militar, pero como dejo señalado anteriormente, poco agusto me encontraba en dicha actividad, optando entonces por el abandono del mismo, y en el que estuve exactamente dos años. Como he dejado constancia, estuve de minero hasta mi ingreso en el ejército y en el que, mi reemplazo, y claro, por tanto yo, estuve dos años y medio de mili. Así cuando me llegó la hora del licenciamiento. y que lo fue cuando contaba veinticuatro años de edad, mis vicisitudes habían sido: cuatro años en la escuela; seis meses de porquero; siete meses de pastor; seis años de trabajo en el campo, en sus diversos cometidos; dos años de minero, y dos años y medio de mili a las espaldas. Durante el tiempo que estuve de porquero, de pastor, de jornalero agrícola y de minero, atravesé por periodos que vale más no recordarlos, y, que decir tengo, que el periodo de mili, lo fue hasta entonces el mejor de toda mi vida.

Bueno creo que ha quedado patente la diferencia, que la vida nos proporcionó a mi indicado nieto, cuestión que se hace extensiva a los cinco restantes que tengo, que nombrados etimológicamente serian: Carlitos, Rafa, Pablo, Jorge y Pepe, y claro al que correspondería su tercer lugar Alberto, que en este caso ha sido coprotagonista junto a mí en esta entrada. Y ya esta bien por hoy, que quienes tengáis la osadía de leer esta entrada, os he dado bien la matraca. 

Hasta la próxima entrada que espero tenga más enjundia que la presente.  

jueves, 1 de noviembre de 2012

Feliz cumpleaños


Otra vez y como ya va siendo no por fortuna en mí, mi entrada en el blog se ha espaciado quizá más de la cuenta, pero tampoco podía tener nuevamente ocasión mas oportuna para esta nueva, como es el cumpleaños de mi tercer nieto en el orden sucesorio, Alberto. Bueno esto que digo en el "orden sucesorio", como comprenderéis no es nada más que una broma, porque de mí lo único en que me suceden es en el apellido, y sigo con mis desvíos en orden de las prioridades en que debe seguirse esta entrada, como lo es la intención y la causa por la que hoy la hago, que como digo es el cumpleaños de mi nieto, al que, aunque ya lo he llamado y he hablado con él por teléfono, por este medio vuelvo a felicitarlo y desearle, como a todos los demás, lo que un abuelo puede desear a sus nietos. 

También, como todo avanzado en años que se precie, no puede hacer dejación de nuestras tentaciones como lo es el volver el recuerdo hasta aquellos años, en que no ya los  que hoy cumple mi nieto Alberto, que son 24, sino incluso a unos cuantos menos en que yo ya moceaba, lo que han cambiado los tiempos. Ahora, esa festividad que en pocos años ha invadido todos los pueblos de España llamada "Halloween" que hasta para escribir su nombre he tenido que consultar con las noticias de algún periódico de hoy, por cierto bastante trágicas, y que como digo en mis tiempos no teniámos ni idea de semejante festividad, y no ya de joven, sino incluso  de "viejo". Por cuanto a esta fiesta de Todos los Santos como hoy celebra la Iglesia Católica y sigue siéndolo en España, en "mis tiempos", y en mi pueblo, los jóvenes, y las "jóvenas" como alguien dijo, celebrábamos la llamada fiesta del café. Consistía solo en que esos jóvenes solíamos reunirnos en la casa de alguna de ellas, y las mismas preparaban café y algún que otro dulce casero que ayudadas en casi todo por sus propias madres, fabricaban, eran la causa o motivo para la  festividad, y el mero hecho de pasar algunas horas junto, casi siempre a la novia o moza a que estabas requiriendo de amores como entonces se estilaba, te hacía sentirte el mas feliz de los mortales, y siempre como no, y confieso las intenciones de todos los mozos, el pequeño roce que pareciendo casual se procuraba tener con tu acompañante, y con ello nos dábamos por totalmente satisfechos. Igual que hoy. 

Por otra parte, durante muchos años, tanto en radio como luego por televisión,  en esta fecha se representaba la obra, toda en verso, de José Zorrilla, del "Don Juan Tenorio", que tan célebre era en casi todo el pueblo, y hoy, lo digo por que lo he comprobado, incluso estudiantes terminando ya la enseñanza secundaria, ni siquiera conocen tal obra, y por ende, tampoco pueden conocer su autor. Así aquello de "Cual gritan esos malditos, pero mal rayo me parta, si en concluyendo esta carta, no pagan caros sus gritos" , como comenzaba la misma, así como las escenas del sofá de Don Juan y Doña Inés, y etc. etc. etc., pasaron a mejor recuerdo, y nunca mejor dicho. El Halloween es conocido hoy por mayores, jóvenes e incluso por niños de cortísima edad y aquel "Tenorio" de mis tiempos, ni siquiera conocen que en su día eran tan populares y comentadas las aventuras amorosas de tan insolente conquistador, que a los "Castillos subió y a las cabañas bajó", bueno para que seguir, si esto como suele decirse es predicar en desierto. 

Hay que ver en el jaleo que me he metido con motivo de la entrada de hoy en el blog, que la única y primordial razón era el cumpleaños de mi nieto y he terminado por peteneras como suele decirse sacando a colación el Tenorio del que ya nadie ni siquiera se acuerda.  

Hasta la próxima entrada que como no, alguno de mis avenates me pase a temas totalmente opuestos lo que fue la causa de la entrada.